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“Cómo el arte creó al Pop (y cómo el Pop se transformó en arte)” Primera Parte: 1957 – 1969
Lectura: Concéntrate unos minutos
“El Arte Pop es: Popular (diseñado para una audiencia masiva), transitorio (es una solución de corto plazo),
reemplazable (se olvida rápidamente), barato, producido en masa, joven (apunta a la juventud), ingenioso, sexy, efectista, glamoroso, un gran negocio”
Richard Hamilton. Enero de 1957.
En julio de 1957, un joven John Lennon conocería a un todavía más joven Paul McCartney, al mismo tiempo que reprobaba los exámenes para entrar a la universidad, incluida la prueba de Arte. Solo quedaba un camino: La escuela de arte.
Cuando John Lennon entró al Liverpool College of Art en 1958, las escuelas de arte en Gran Bretaña eran un lugar para quienes veían en la bohemia una carrera. Pobladas por jóvenes de clase media o baja, se centraban en formas artísticas de la preguerra para enseñar tipografía, modelismo e ilustración publicitaria.
Como a las escuelas de arte podían entrar prácticamente todos los que tuviesen algún tipo de talento mínimo, fue ahí donde el germen del rock británico comenzó a propagarse para explotar 4 ó 5 años después. Sería en el Liverpool College of Art que Lennon se toparía con Stuart Sutcliffe, un artista con verdadero potencial, con quien formaría de Quarrymen, los que luego se llamarían los Silver Beatles y posteriormente The Beatles, junto a McCartney y George Harrison. Ringo se subiría al bote casi en la meta.
Cuando en 1960 los Beatles llegaron a Hamburgo, Alemania, la escena los llevó a gravitar alrededor de un grupo de artistas y beatnicks que se vestían en toda la gama de negros y pelos más largos para los hombres y más cortos para las mujeres. Es en este momento que los Beatles abrazan el modernismo y una actitud que fusionaba la energía del rock and roll a la Elvis y Little Richards, con el existencialismo europeo.
Pop Art es Pop
Para 1961 la lista de futuras leyendas de la música que se estaban enrolando en escuelas de arte no hacía más que crecer. Al mismo tiempo hubo un cambio curricular en las escuelas de arte, introduciéndose Historia de Arte y estudios complementarios como parte de la malla.
Este cambio curricular, hizo mucho más difícil que malos estudiantes como John Lennon o Keith Richards pudiesen entrar a los College de Arte, sin embargo, alguien que sí pudo ingresar fue Pete Townshend, quien en 1961 entró al Ealing Art School, justo a tiempo en que las clases se sacaban el moho victoriano para abrazar a la Bauhaus y las teorías artísticas de Richard Hamilton.
Dentro de lo que estudió el futuro líder y cerebro de los The Who –quizás la banda más moderna de su época) estuvo la teoría de “uso agitacional” y las demostraciones de autodestrucción del artista anglo-germano Gustav Metzger, o la exploración musical de John Cage y los comienzos del minimalismo.
Existe un amplio debate si las enseñanzas de Metzger sobre el arte “auto-destructivo” motivaron a Townshend a ser el primer guitarrista en destruir sus guitarras sobre el escenario, años antes de que Hendrix quemara su Fender Stratocaster en Monterrey o que Kurt Cobain apaleara su Mustang. Sin embargo, el mismo ha dicho que en Ealing ya se experimentaba con ideas de arte extremo, lo que lo inspiró a ser brutal con sus guitarras para obtener sonidos que de otra forma se habrían perdido.
Arte y música conocen a su pegamento
Para cuando en enero de 1964 los Beatles se hicieron famosos en el Ed Sullivan Show, la imagen bohemia se extendía rápidamente de Inglaterra a Estados Unidos. Sin embargo, esta no sería la única invasión británica, ya que un año antes del estallido de la beatlemanía, arribó a Nueva York un joven músico clásico llamado John Cale –no confundir con el ya mencionado John Cage-, quien entre su paso desde Gales a Estados Unidos había estudiado en Goldsmith, Londres, donde se inspiró en el recientemente nacido movimiento Fluxus para buscar la tensión con la audiencia.
Fue en esta escena, por 1964, que Andy Warhol asistió a ver uno de los conciertos de John Cale, quien al poco tiempo conocería a un desconocido compositor que tenía más de alguna canción buena sin estrenar. Ese sería Lou Reed, quien estaba decidido a explorar la adicción a las drogas, el sadomasoquismo y lo transexual como temáticas en canciones como “I’m Waiting for the man”, “All Tomorrow’s Parties”, “Venus in Furs” y “Heroin”.
Para entonces Andy Warhol, quien era un inmigrante checo y homosexual, se había transformado en el artista norteamericano más importante a nivel masivo y avant-garde. Sin embargo, “el arte ya no era muy entretenido”, por lo que anunció que se retiraba de la pintura para transformarse en director de cine.
Fue entonces que asumió como manager de los o la Velvet Underground, compuesta por Reed, Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker en la batería. Todos vestidos de negro y usando anteojos oscuros. Para llamar más la atención, Warhol los obligó a usar como vocalista a la modelo alemana Nico, y a que durante sus shows en la Factory de NY se mostrasen las películas de Warhol o que el artista Gerard Mangala azotara su látigo arriba del escenario.
Actos como este o el Andy Warhol’s Up-Tight, una semana de arte, música y películas, todo al mismo tiempo, fueron uniendo más a los VU con Warhol, quien firmaría como productor de su primer disco, pero más importante, haría su icónica portada.
Aunque no tan famosa como la carátula del Disco Blanco de los Beatles, hecha por Richard Hamilton en 1968, Warhol si llegó antes para ser el primer artista de renombre detrás de una portada de un disco. En primer lugar la portada original del disco no decía el nombre de la banda, sino que solo llevaba la firma de Warhol. Cada copia era levemente diferente, como una impresión de arte, y llevaba un timbre agregado en un proceso separado, lo que hacía que estuviese corrido u offset. Sin embargo, lo más complicado es que la piel del plátano iba pegada a la carátula de forma diferente, cosa que pudiese ser “pelado” hacia atrás para revelar un fruto de color rosado bastante sugerente.
Continuará…