Diseño_

CasaMia Deco: Tan útiles como adorables

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Lectura: 10 minutos

Fotografías por: CasaMia Deco
Texto escrito por: Pablo Andulce @pabloandulce

En la escuela de diseño le dijeron muchas veces a Andrea Mayer que no diseñara pensando en ella misma. Nunca pudo practicar ese consejo. “Diseño, escojo productos y vendo lo que me gusta. Las cosas tienen que hacerte sentido para que de verdad les pongas corazón, ¿no?”, pregunta ella. Esa es la base de su propuesta y se resume en un lema: “Home to fun”.

 

Andrea Mayer puede rallar queso contra la espalda de un oso, tiene un murciélago para descorchar vinos y un cangrejo que le sostiene el cucharón. Ahora al frente de CasaMia Deco, un emprendimiento propio y muuuy personal, Andrea –nieta del reconocido Fernando Mayer- asegura que no busca cosas, que las cosas la encuentran: “Estoy en algún lado y veo que hay un objetito que me sonríe, que me habla, ¡me lo llevo a mi casa! No es que me quede con todo lo que traigo. Más bien, desde hace mucho tiempo, he ido formando una colección y ahora me profesionalicé. Pero sí, es cierto: si te metes a mi web es como que entres a mi casa”.

La web de la que habla es un portal a un universo de personajes que ayudan en tareas cotidianas, pero antes sacan un “¡Awwww!”. Tablas de cortar que son un ninja con su espada, tazas que evocan el rostro de Frida Khalo, cojines con forma de bellota, repisas sostenidas por hojas o bandejas ilustradas; todas las piezas fueron escogidas por Andrea entre distintos proveedores y todas tienen en común su condición de objetitos que detonan reacciones: “Te causan algún tipo de emoción. Puede que no te gusten nada. Pero no pasan desapercibidos. Cada uno tiene algo que decir; te caen bien o mal. Casi siempre caen bien”.

 

La teoría detrás es simple, se trata de los vínculos afectivos que se pueden generar con los objetos: “Hice un master en innovación y mi tesis se trató de los gatillantes emocionales que influyen en el consumo. Soy de la teoría de Marie Kondo, uno se deshace de las cosas cuando ya no te hacen feliz; más allá de si están viejas o no, o del material con que fueron hechas. Uno consume lo que le hace sentido en un determinado momento de la vida y esa es una decisión totalmente emocional”.

CasaMía partió como una línea más pequeña de accesorios dentro de Fernando Mayer, el gran fabricante y representante de mobiliario de oficina en Chile. “Por cosas del negocio me fui a la parte de muebles de oficina y CasaMia se integró como el área colaborativa de esa rama. Luego temas personales me pusieron en la búsqueda de algo propio y volví a esta idea. Recordé que yo tenía contacto con marcas, que yo traía estas cosas y pensé ‘¿qué pasa si esta vez yo me encargo de todo?’”.

Andrea recuerda que esas ideas la asaltaron un viernes de cuarentena viendo distraídamente una serie, que el lunes ya estaba en contacto con los proveedores y cinco meses después su web estaba operativa.