Opinión_
Tendencias_ Milán 2023
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Un año más del “Salone del Mobile Milán”, un año menos para el buen diseño industrial. Mi opinión es que cada año la feria motiva menos, cada año los stands son más aburridos, cada año menos eventos, menos empresas en la feria misma, menos regalos y lo peor menos diseñadores presentando sus propios diseños. Creo que hasta a ellos les aburre ir.
Yo amo la feria y siempre le busco el lado bueno, sin más, siempre es un lujo asistir. Este año debe ser mi duodécima asistencia. Pero con la diferencia que esta fue como director creativo de the qiiip shop. Lo cual te hace observar más y mirar menos.
Mi primera vez fue el año 2005 y mi impresión fue tanta que no me saqué la sonrisa un buen par de días. Además de ver en vivo y en directo los mejores diseñadores del mundo, fue algo épico el tamaño de este evento (deben ser unas 18 canchas de fútbol). Ahí aprendí lo que es visualizar tendencias, ver muebles que parecen no usables, que hoy son de lo más común. Entender de boca de los diseñadores el qvid de cada mueble. Podría estar contando y contando historias. Pero mejor vamos a lo pedido por mis amigos de Revista Vibra. ¿Qué está pasando y viene desde la feria en diseño de mobiliario?
La feria evoluciona a menos es más y este año los lanzamientos fueron pocos. Se vió mucho reciclado o reversionado, varios homenajes a creadores muertos (a esto lo llamo estirar el chicle). Pero los diferenciales positivos en la gran mayoría de las empresas fueron:
• Menos plástico y más materiales sustentables. Se ve claramente en una empresa líder en plástico, que poco a poco ahora busca olvidarlo. Con el lanzamiento de la silla Poele de Philippe Starck.
• Líneas sinuosas, ya lo ortogonal no se lleva, todo es redondeado, suave, agradable, como la silla de India Mahdavi para Thonet.
• Lo hecho a mano, muebles que parecen haber sido fabricados casi por los propios diseñadores. Un buen ejemplo fue el sillón Knitty de Nika Zupanc para Moooi.
• Las lámparas como piezas de arte. Así se vio en la presentación de Candela, diseñada por Candela Cort. Numerada y editada por Luzifer Lamps de Valencia – España.
• Se siente la búsqueda por la naturaleza, se nota en cada marca la exploración por un hogar más natural, un producto que intenta mimetizarse en un bosque o borde de río, como el sistema Pebble Rubble de Moroso por Front Design.
• La búsqueda del ahorro por medio de la autoproducción, sustentabilidad y packaging. Lo que queda claro con la silla OTO, diseñada por Alessandro Stavile y Martinelli Velezia para One to One. Silla que se mandan planas y desarmadas.
• Revivir a los muertos. Pareciera que no queda creatividad y por eso toman bocetos que no sabemos si fueron aprobados por el propio creador. Un ejemplo los muebles de Alessandro Mendini (1931 – 2019) para Porro.
• La belleza de la madera, que luce y se aplaude de la empresa Mattiazzi, con un catálogo de diseñadores del primer nivel. Para mí la sorpresa de esta feria.
Cada año uno termina pensando, ¿Debería volver el próximo año? ¡La respuesta siempre es NO! Pero ya sabemos que Milán es mucho más que muebles, así que a comprar los pasajes para el 2024.
¡Buona giornata amici!