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Pereira, un palacio para la Ciudadanía

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Fotografías por: Carlos Santander @csantander_direcciondearte
Texto escrito por: Paulina Addison-Smith V. @pauliaddisonsmith

Contar la historia de esta mansión neoclásica es alucinante, y no sólo por la cantidad de años del inmueble y todo lo que ahí ha pasado, sino porque además es contar un poco de la vida de nuestra capital. Los trabajos de recuperación dieron frutos y es increíblemente bello estar en una gran construcción de época.

Con un marcado estilo francés, en el que destacan molduras, cornisas rococó, pátinas desgastadas, ladrillos (de los antiguos), detalles en fierro forjado, el remozado Palacio Pereira se abre a la ciudad, con visitas guiadas, -previa inscripción- estableciéndose como un espacio para la comunidad y el patrimonio.

Luis Pereira, su gestor realmente logró inundar cada espacio con detalles muy bellos, desde el acceso se llega a un hall que tiene forma de cruz, y que da paso a salones con cielos adornados con miles de molduras, cada una más linda que la otra. Se destaca que cada nave está ricamente cerrada por estructuras de fierro forjado, al estilo Eiffel que ya se plasmaba por el Santiago de aquella época.

Estar en Pereira es conocer un poco de Chile, es reconocer parte de la historia nacional, su cultura, arquitectura y costumbres y sobre todo admirar los detalles. Otro gran hito del lugar es que logra unir lo moderno y contemporáneo sin opacarse mutuamente, hecho que se destaca en la combinación de las columnas de hormigón en el patio central y el resto de la estructura. Hay tanta belleza, que es capaz de transportar al visitante a imágenes de grandes fiestas y elegantes personajes de tiempos pasados y que sólo se ven en libros de historia.

Los recorridos duran aproximadamente 60 minutos, y se abordan los más de 100 años del espacio, que transitan desde la aristocracia criolla de fines del siglo XIX, pasando por un establecimiento educacional, un espacio de discusión y creación cultural hasta hoy, un recinto que tiene de por medio una restauración arquitectónica titánica y que dio paso a las dependencias del Ministerio de las Culturas, las Artes y Patrimonio Cultural en la actualidad.

El Palacio Pereira abarca en su totalidad 6.922 m2 y cuenta con salas de exhibición, un centro de documentación del Consejo de Monumentos Nacionales, una cafetería con toques más modernos y circundada por una escalera de caracol que combina perfecto, un amplio auditorio, sala de lectura y un luminoso patio.

Las visitas que el Centro de extensión Palacio Pereira ofrece, contemplan además recorridos por las salas de exposiciones en su interior y que están orientadas a diferentes producciones artísticas que se van renovando. Esta otrora residencia se encuentra en calle Huérfanos 1515 esquina San Martín, se puede llegar vía Metro, estación Santa Ana o en recorridos del Transantiago. Los horarios de atención son: lunes a viernes de 10:00- 18:00 hrs. y sábados de 10:00 a 15:00. Se destaca además el acceso universal para personas con movilidad reducida y/o en silla de ruedas, con ascensor y baños en primer y segundo piso y la señalética plurilingüe de pueblos originarios.

La Antesala

Desde la llegada de los españoles en el 1540 y luego con el progresivo crecimiento de la ciudad y el rápido avance de la modernidad es que se fueron estableciendo normas, bases y parámetros para definir los asentamientos. Se ordenaron las calles y se delimitaron sectores para casas habitación, para la sede de gobierno, y todo lo que conllevaba crear una urbe.

Es en ese contexto que se erigieron edificaciones gubernamentales y casas de estudio, iglesias, se hermosea el cerro Huelén, conocido hoy como Santa Lucía y todo lo que es el actual centro de Santiago.

Para ese entonces (1872) el Senador Luis Pereira Cotapos encarga al arquitecto francés Lucien Ambroise Henault, uno de los profesionales contratados por el Estado Chileno para construir la nueva arquitectura de la República. En este inmueble, se opta por un estilo contemporáneo a obras como el Palacio Matte y el Palacio de la Alhambra, con una innovación entre el estilo colonial chileno de solares a los denominados “palacios” que se erigen en la Alameda al norte. Tras dos años de construcción, con varias transformaciones, se termina la obra gruesa, a la cual se le agrega un segundo piso para dar cabida a la numerosa familia que componían los Pereira Iñiguez.

Con un terremoto de por medio la familia debe reconstruir una parte y tras el fallecimiento del Padre el edificio queda a cargo de su viuda, e hijos. Para 1932 la propiedad pasa a manos del Arzobispado y en 10 años se realizan diversas remodelaciones. En los años 60 se transforma en un liceo de niñas, con un gimnasio en el otrora lujoso patio. Ya para los 70 se ve el deterioro de la propiedad que pasa a ser un lugar de reunión de estudiantes, federaciones y un liceo humanista. En agosto de 1975 es desafectado y deja de ser Monumento Histórico, pese a ello en 1981 y con un gran deterioro es nuevamente declarado Monumento Histórico. En los 90 y con nuevas políticas de renovación urbana se tensiona su mantenimiento, ya que se prioriza dar paso a construcciones para regenerar la zona y construir incluso en altura. Para fines de los 90 diversas gestiones buscan los destinos del recinto y se desarrollan estudios de factibilidad de restauración del Palacio Pereira. Con el terremoto del 2010 los daños causados no logran derribar la estructura que tiene a su haber 5 remezones y se concluye que el deterioro por abandono y mantención son más significativos que los terremotos acumulados. El 2011 la propiedad es devuelta al estado, al año siguiente se llama a concurso para su restauración y se reinterprete la tipología original del monumento. De las 31 propuestas la ganadora incluyó desde excavaciones arqueológicas hasta un detallado informe de los elementos constructivos y decorativos. Gracias al rol del Consejo de Monumentos Nacionales se logra zanjar una vez más parte del destino del Pereira. Entre el 2016 y 2019 se lleva a cabo la restauración, con recuperación, consolidación y ejecución del proyecto, el financiamiento del MOP se destaca y los 40 restauradores van dando vida a un edificio de hormigón de 6 pisos que dialoga a la perfección con el origen. La puesta en marcha involucró a más de 200 personas. El año pasado además albergó a las comisiones de la Convención Constituyente que dieron paso a otro momento en la historia de esta centenaria construcción. Cabe mencionar que los arquitectos a cargo de la recuperación fueron Cecilia Puga, Paula Velasco y Alberto Moletto.

Fuente: www.palaciopereira.cl